En un lugar sin nombre, al lado de un camino sin rumbo, hay una vieja casa de madera, dentro de ella, en una pequeña sala y enfrente de una chimenea, un hombre sentado en una mecedora, de encima de la chimenea coge un baul y lo pone en sus piernas, el baul no es muy grande sin embargo guarda un monton de cosas, algunas mas nuevas que otras, todas guardadas con mucho cuidado.
En uno de los extremos del baul, hay un cofre, yace ahi hace mucho tiempo y en su interior, hay pequeños objetos, un pequeño grupo de ellos aun mantiene la belleza por la que fueron guardados en el cofre, otros son de mal aspecto, sucios y disgustantes, pero estan puestos cuidadosamente al lado de los primeros, como si el que los guardo quisiera ver por siempre su contraste. Lo único que tienen en común es que una gran parte de ellos están rotos o gastados.
Al ver el cofre, el hombre no pudo evitar sonreir, mientras sacaba de uno de sus costados un segundo cofre, mas pequeño y de colores diferentes que el primero, pero no menos hermoso, lo cogio cuidadosamente mientras lo colocaba en otro extremo del baul. El cofre estaba vacio, sin embargo el hombre empezo a llenarlo con cosas, cosas que a la primera impresion eran iguales a las que estaban en el otro cofre, pero en realidad eran diferentes, varias estaban nuevas, otras estan melladas y golpeadas por el mal uso, el hombre las cogio una por una y las puso en ese nuevo cofre, que luego cerro con mucho cuidado, pues, aunque algunas de esas cosas estuvieran maltratadas, el hombre no queria que esta vez ninguna se rompa...
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