jueves, 25 de julio de 2013

Einsam: Capitulo IX - Reencuentro

Einsam observo a Verdorben en silencio por unos instantes sin saber que decir. Ella sonrió al percatarse de su presencia y se acercó a él lentamente.

¿Einsam, verdad? jamás pensé que te encontraría aquí – le dijo Verdorben tratando de romper el hielo.

Hola Verdorben, lo se, jamas pense hacerlo, pero me he unido a la manada de los Grandes Sauces. Luego de irme de las tierras de Kunt, estuve por las montañas durante muchas lunas... pero ahora aquí estoy – Respondió Einsam un poco turbado.

Yo ya tengo algún tiempo en las tierras de Tuin, las cosas no iban bien en la manada de las Lomas Rocosas y decidí venir con mi hermano, y aunque me hubiera gustado seguir en las tierras de Zuneigung, ahora soy parte de la manada de la tierra silente – Mientras Verdorben le hablaba, Einsam pudo notar cierta nostalgia en los ojos de Verdorben.

Einsam, recordó que cuando Verdorben llego a las tierras de Kunt lo había hecho guiando en la caza a un grupo de lobos de las lomas rocosas. Racher le había contado que al parecer Verdorben había aceptado formar parte del grupo debido a que había querido alejarse un tiempo de su manada y especialmente de su compañero. Le hubiera gustado hacerle muchas preguntas pero sintió que era mejor guardar silencio.

Más allá de eso, Einsam la miraba embelesado, recordaba el tiempo que habían pasado juntos en las tierras de Kunt y como Verdorben le había insuflado de una energía que él creía haber perdido. – Estaba buscando el rastro de un viejo ciervo. ¿Te gustaría ir conmigo? Podríamos compartir la presa – Propuso finalmente.

Gracias, pero en realidad estoy en camino a la tierra silente, mi hermano me espera pues hace dos noches que salí a explorar zonas para cazar. – Replico Verdorben fijando su mirada en Einsam – Pero tal vez podamos cazar en la próxima luna llena – Dijo finalmente.

Está bien, me parece una buena idea, te esperare en el gran espejo de la luna esa noche. – Los ojos de Einsam se encendieron mientras terminaba de pactar su encuentro con Verdorben.

Einsam, ya debo irme, mi manada espera por mí – Verdorben no dejaba de sonreir mientras se acercaba a Einsam para despedirse.

Te acompaño hasta la entrada de la tierra silente – Dijo Einsam antes de que Verdorben pudiera despedirse finalmente.

¿Y el ciervo? – Pregunto Verdorben con una sonrisa pícara.

No hay problema, puedo regresar por él luego de dejarte a ti, de cualquier forma llevo buscando ese rastro hace varios días. – Le dijo un poco avergonzado Einsam ante la sonrisa de Verdorben.

Está bien, si no retrasa tu cacería, vamos – indicó Verdorben mientras se echaba a correr.

Einsam echó a correr detrás de ella con el pecho saturado de júbilo, juguetearon mientras corrían a lo largo del camino para saltar entre los arbustos o perseguirse alrededor de los arboles aledaños.

Al llegar a la loma que soportaba la portada de la tierra silente, las estrellas resplandecían a lo largo de todo el cielo y Einsam sintió que no había otro lugar en el que le hubiera gustado estar en ese momento. 

Einsam y Verdorben frotaron sus cuellos uno contra otro y se despidieron recordando lo pactado.

Que el gran espíritu te acompañe Einsam – Le grito Verdorben.

Einsam echó a correr a la zona donde había dejado el rastro del ciervo y mientras lo hacía especuló que el Gran Espíritu había decidido darle una nueva oportunidad en todos los aspectos de su vida a pesar de todo y le dio las gracias por todo...


Me acuerdo de ti eres difícil de olvidar, 
si te saco de mi no tengo nada en que pensar...




Capitulos de la primera temporada
Einsam: Capitulo I – Origenes
Einsam: Capítulo II - Los previos a la llegada de los perros duiwels
Einsam: Capítulo III - La batalla contra los duiwels
Einsam: Capítulo IV - La caída
Einsam: Capitulo V – Decisiones
Einsam: Capítulo VI – Autoexilio
Einsam: Capítulo VII - La prueba

Einsam: Capítulo VIII – Verdorben

viernes, 12 de abril de 2013

Amigos


Veo tus fotos y recuerdo todas las cosas que hemos pasado juntos.

Me parece escuchar tu risa nuevamente y sonrio con tu recuerdo frente a mi.

Mientras miro de la pantalla de la lap, pienso en lo mucho que me gustaria poder hablar contigo mas seguido, porque aunque se que las cosas entre los dos no puedan ser como yo quisiera, igual me gusta poder seguirte viendo...


Before the cool done run out, I'll be givin it my best test, 
and nothin's gonna stop me but divine intervention, 
I reckon it's again my turn to win some or learn some...



jueves, 7 de febrero de 2013

Sueños despiertos


Tu sonrisa, me hace bajar la mirada, mientras el timbre de tu voz se repite en mi cabeza en un dulce eco infinito.

Siento mi mano acariciar tu rostro y te miro a los ojos, un calor totalmente contrario al frio que se siente en la ciudad hecha de cajitas invade mi cuerpo.

Al final, tus recuerdos se desvanecen uno tras otro y me doy cuenta de que no puedo extrañarte. Solo se puede extrañar aquello que se fue, y tu nunca estuviste...


Sing me to sleep, sing me to sleep, 
i'm tired and i, i want to go to bed, 
Sing me to sleep, sing me to sleep, 
and then leave me alone, 
don't try to wake me in the morning 'cause i will be gone




martes, 29 de enero de 2013

Una tarde de verano


5 de la tarde de un domingo de verano en Lima. Estoy cerca de casa y tengo tiempo para arreglar mis cosas antes de regresar a la ciudad hecha de cajitas, así que decido tomar un bus.

Lleva, lleva, dice el cobrador como si fuera una frase del antiguo crazy combi. En el siguiente paradero sube un señor de pelo cano con un viejo violín, me llama la atención inmediatamente, normalmente suben con flautas, tambores, guitarras y acompañados de algún cantante ocasional, pero pocas veces con un violín.

Y es que como leí alguna vez, el violín es uno de los instrumentos que si sabe ser bien tocado puede dar las notas más dulces. En cambio, en malas manos puede sonar peor que un gato al que le están apretando las tripas.

El señor se presenta cortamente y nos anuncia que nos va a tocar una del indio Mayta, e inmediatamente empieza a sonar la matarina. Una canción alegre, de aquel carnaval al que no podré ir nuevamente este año, pero que al ser tocada con el violín, me envuelve de nostalgia. Nostalgia, de una tierra de la que me fui hace tiempo.

Me parece ver a mi primo con su poncho de colores mientras yo estoy con el poncho blanco que me alguna vez me compraron cuando era pequeño, mi madrina se ríe a carcajadas al vernos juntos y los cuyes corren asustados a esconderse detrás del fogón de leña en el que la shuca solía cocinar.

El señor canoso empieza a cantar la canción y esta suena un poco más alegre, la imagen cambia y veo a gente bailando alegre al ritmo de la matarina, no sé si es algún recuerdo (aunque no lo creo) o es mi imaginación echándose a volar. Sin importar cuál de las dos opciones sea, sonrío con las imágenes y estas empiezan a aparecer una tras otra. Los viajes a Cajamarca, las noches de juerga chotana, los caminos a Andabamba, el frio de Hualgayoc, las caminatas al amanecer en Choropampa, las cabalgatas a caballo para poder llegar a algún pueblo, las miradas al anochecer cruzadas al anochecer y las palabras susurradas al oído deseando que no amanezca.
El señor canoso, termina la canción y empieza a pasar la gorra, los recuerdos se van inmediatamente, y me veo nuevamente en la combi, en el tráfico de Lima la horrible, le doy unas monedas, y me pregunto, Viejo violinista, que haces aquí? Viniste como todos, buscando un mejor futuro? Extrañas tu tierra, a tu familia? Y me doy cuenta que esas preguntas también son para mí.

Chiclayo siempre será mi hogar, Cajamarca será un lugar que siempre recordare con cariño, pero Lima La horrible poco a poco se está convirtiendo en mi casa.


Matarina matarina, matarina de algodón,
Si no lloran tus ojitos, llorará tu corazón...





sábado, 19 de enero de 2013

5 a.m.



Mi primera alarma suena a las 5 a.m. sin embargo, quiero dormir un poco más y me resisto a levantarme de la cama. A las 5:10 me levanto apurado o de lo contrario ya no tendré tiempo para poder ir a desayunar.

Lavarse, afeitarse, cambiarse la pijama por la ropa de trabajo y chequear un momento el celular antes de salir, se han convertido en los pasos que repito todos los días al despertarme en la ciudad hecha de cajitas.

Al salir, veo a otra gente movilizándose al comedor al igual que yo. En contraste, otros se van a sus cuartos a dormir durante el día, son los que han trabajado mientras nosotros dormíamos, y es que la ciudad hecha de cajitas no se detiene nunca, siempre está en movimiento. Aquí voy, a darle un día más, porque aunque a veces me cueste, yo tampoco puedo parar...



Hold the line, friend of mine,
sing a song, soldier on...

Come the day, come the night,
I’ll be gone, soldier on...