Siempre recuerdo los Diciembres de mi niñez, después de haber pasado varios meses encerrado en un salón de clases al fin podía salir a la calle en las mañanas a sentir como calentaba el sol mientras veia como poco a poco el ambiente navideño invadía las calles, me gustaba acompañar a mi madre a realizar las compras, ya que usualmente era una oportunidad para irle insinuando cual juguete quería que sea mi regalo de navidad (siempre tuve claro que eran mis padres quienes me traían los regalos y no el viejo barbado que se viste de rojo) además de pedirle que me compre unos helados que siempre vendían en una especie de supermercado de aquellas épocas si no mal recuerdo se llamaba Tiendas Cuglievan y podías encontrar de todo, ropa, utensilios, comida y sobretodo… juguetes!!!
En una de esas salidas, lo vi… no era un misil en mi placard, era un auto rojo a control remoto, llamativo y del todo deseable por un niño de esa época, debo aclarar que en esos tiempos los juguetes a control remoto eran una completa novedad y como toda novedad eran absolutamente caros, obviamente cuando lo vi, supe cual quería que sea mi regalo navideño, deseo que se vio estrellado cuando mi madre simplemente me dijo estas palabras: ni lo pienses es demasiado caro.
Todo el resto del mes me la pase pidiendo que no me den nada solo el autito rojo y mi madre no se canso de repetir siempre la misma respuesta: NO!!! me la pase jode y jode, pero la verdad es que si estaba caro, al final unos días antes de navidad mi mamá llego con una caja, que yo supe instintivamente que era mi regalo de navidad, pero definitivamente no era el auto rojo, solo la mire resignado, al mismo tiempo que me preguntaba que me habría comprado, aunque definitivamente nada sería mejor que el dichoso auto.
La noche de navidad, estaba en casa con mi familia, en esos años en los cuales aun estaba con nosotros mi abuelita, solían llegar mis tíos y primos para estar todos juntos, yo me había olvidado del auto rojo para concentrarme en algo mas importante para mí, a qué hora llegaría mi papá a verme, esas fechas el siempre llegaba en las noches para poder estar un rato conmigo y conversar o simplemente hacerme cosquillas mientras yo me reía y trataba de imaginarme como seria manejar su auto Datsun, de pronto lo escuche, el sonido de la bocina de su auto, yo salí corriendo hacia la esquina a verlo al mismo tiempo que mi mamá le pedía a la chica que trabajaba en la casa que me acompañe a verlo, era época de apagones y cortes de luz (creo que casi todas las noches de navidad y año nuevo de los 80’s lo fueron) yo me acerque al auto un poco cuidadoso pues además de la oscuridad mi papá no había prendido los faros del auto, cuando de pronto unas luces salieron hacia mí, cuando me acerque a ver de q se trataba, las luces retrocedieron y se fueron hacia el auto de mi papá, era el carrito a control remoto!!! cuando se dio la vuelta lo reconocí, corrí a cogerlo pero para cuando estaba cerca a él mi papá ya lo había cogido, recuerdo su cara, mientras se mataba de risa, probablemente de la cara de sorpresa y felicidad combinada que yo tendría, lo abrace y me dio el auto, jugamos con él y luego de un pasar juntos un buen rato se fue deseándome una feliz navidad, yo regrese con el auto a casa y lo puse debajo del árbol, pues dado que era el regalo de navidad de mi papá solo lo podría usar después de las 12 de la noche.
Años después mi mamá me conto que ella en algún momento le dijo a mi papá que no debió haberme comprado un juguete tan caro y el simplemente le respondio que el de niño no había tenido juguetes y quería que sus hijos si los tuvieran. Mi viejo ya hace 5 años que se fue, pero siempre llevo este pequeño recuerdo de él conmigo.
A veces los tiempos no son los mejores para hacer grandes regalos, pero a fin de cuentas lo más importante siempre será el estar juntos y aprovechar estos momentos para demostrar cuanto nos importan aquellos que queremos, sea con un carrito o una cajita de chocolates, lo mas importante siempre sera el amor.
Feliz Navidad a todos ustedes.
En una de esas salidas, lo vi… no era un misil en mi placard, era un auto rojo a control remoto, llamativo y del todo deseable por un niño de esa época, debo aclarar que en esos tiempos los juguetes a control remoto eran una completa novedad y como toda novedad eran absolutamente caros, obviamente cuando lo vi, supe cual quería que sea mi regalo navideño, deseo que se vio estrellado cuando mi madre simplemente me dijo estas palabras: ni lo pienses es demasiado caro.
Todo el resto del mes me la pase pidiendo que no me den nada solo el autito rojo y mi madre no se canso de repetir siempre la misma respuesta: NO!!! me la pase jode y jode, pero la verdad es que si estaba caro, al final unos días antes de navidad mi mamá llego con una caja, que yo supe instintivamente que era mi regalo de navidad, pero definitivamente no era el auto rojo, solo la mire resignado, al mismo tiempo que me preguntaba que me habría comprado, aunque definitivamente nada sería mejor que el dichoso auto.
La noche de navidad, estaba en casa con mi familia, en esos años en los cuales aun estaba con nosotros mi abuelita, solían llegar mis tíos y primos para estar todos juntos, yo me había olvidado del auto rojo para concentrarme en algo mas importante para mí, a qué hora llegaría mi papá a verme, esas fechas el siempre llegaba en las noches para poder estar un rato conmigo y conversar o simplemente hacerme cosquillas mientras yo me reía y trataba de imaginarme como seria manejar su auto Datsun, de pronto lo escuche, el sonido de la bocina de su auto, yo salí corriendo hacia la esquina a verlo al mismo tiempo que mi mamá le pedía a la chica que trabajaba en la casa que me acompañe a verlo, era época de apagones y cortes de luz (creo que casi todas las noches de navidad y año nuevo de los 80’s lo fueron) yo me acerque al auto un poco cuidadoso pues además de la oscuridad mi papá no había prendido los faros del auto, cuando de pronto unas luces salieron hacia mí, cuando me acerque a ver de q se trataba, las luces retrocedieron y se fueron hacia el auto de mi papá, era el carrito a control remoto!!! cuando se dio la vuelta lo reconocí, corrí a cogerlo pero para cuando estaba cerca a él mi papá ya lo había cogido, recuerdo su cara, mientras se mataba de risa, probablemente de la cara de sorpresa y felicidad combinada que yo tendría, lo abrace y me dio el auto, jugamos con él y luego de un pasar juntos un buen rato se fue deseándome una feliz navidad, yo regrese con el auto a casa y lo puse debajo del árbol, pues dado que era el regalo de navidad de mi papá solo lo podría usar después de las 12 de la noche.
Años después mi mamá me conto que ella en algún momento le dijo a mi papá que no debió haberme comprado un juguete tan caro y el simplemente le respondio que el de niño no había tenido juguetes y quería que sus hijos si los tuvieran. Mi viejo ya hace 5 años que se fue, pero siempre llevo este pequeño recuerdo de él conmigo.
A veces los tiempos no son los mejores para hacer grandes regalos, pero a fin de cuentas lo más importante siempre será el estar juntos y aprovechar estos momentos para demostrar cuanto nos importan aquellos que queremos, sea con un carrito o una cajita de chocolates, lo mas importante siempre sera el amor.
Feliz Navidad a todos ustedes.
*Updated
Me falto la cancion, les pongo una que siempre me gusto:
"Mientras haya en la tierra un niño feliz
mientras haya una hoguera para compartir
mientras haya unas manos que trabajen en paz
mientras haya una estrella, habrá Navidad"
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