viernes, 29 de enero de 2010

Einsam: Capitulo II - Los previos a la llegada de los perros duiwels

A diferencia de los lobos, los duiwels nunca formaban manadas, solían reunirse en grupos pequeños y apropiarse de alguna franja de terreno para su cacería, eso sí, quien osaba meterse en sus terrenos era atacado despiadadamente hasta morir, eran altamente territoriales. La manada jamás se preocupaba de ellos pues rara vez se acercaban a las colinas amarillas. Sin embargo cuando los duiwels empezaban a aumentar en una zona, solía surgir un líder que los agrupaba en una jauría, cuando la jauría era lo suficientemente fuerte, salían a correr en forma violenta y desquiciada durante muchas lunas, destrozando todo lo que encontraban a su paso.

Únicamente se detenían cuando los duiwels caían rendidos por el desgaste físico o la jauría se debilitaba por los integrantes que habían muerto en las diferentes luchas, una vez que ocurría eso, la jauría así como se formaba, desaparecía.

La jauría a la que se enfrentarían esta vez era una de las más violentas y grandes; Leiter, el gran líder de la manada escucho los argumentos de cada lobo y pidió a todos que votaran, el gran aullido se dejo escuchar, los lobos lucharían contra los perros duiwels. Los mensajeros transmitieron la decisión, los cazadores que se encontraban lejos debían volver a las colinas amarillas inmediatamente y prepararse para la lucha.

La manada se reunió en la colina central y se separó en tres grupos, pues tres eran los accesos a ella, el grupo más grande defendería el acceso principal, el que llevaba a la gran roca, los otros dos grupos eran más pequeños, pero igual de importantes, por el lado este, el segundo grupo defendería la entrada a las madrigueras, por el lado oeste, el tercer grupo defendería el santuario de los lobeznos, el lugar donde las madres se encargaban de cuidar a los cachorros hasta que pudieran salir a caminar. Einsam y Lippen fueron enviados con ese grupo, la mayoría eran lobos jóvenes, pero buenos cazadores; Ruhe una loba joven y sosegada, que era capaz de tomar decisiones aun en los momentos más difíciles fue designada junto a Klug, un joven lobo de color blanco, para dirigir a este grupo.

El cielo estaba limpio de nubes y la luna llena alumbraba la noche con un color pálido, los lobos sabían que al amanecer muchos de ellos solo serian una saco de pelos y huesos secándose al sol, sin embargo sus espíritus estarían corriendo en la tundra eterna, a la que van aquellos que saben respetar las leyes de la selva a lo largo de su vida, Einsam deseaba ir con el primer grupo a defender la entrada principal, pero Leiter lo había designado a la entrada oeste, sabía que la misión que les habían dado era importante, pero probablemente no lucharían, el odiaba a los duiwels y los despreciaba, él deseaba estar en la pelea...

Despega bombardero, vuela sobre el miedo de tu corazón...
Y cuando estés surcando el cielo, descarga furioso todo tu interior...

continuara...

1 comentario:

Diana Sauval dijo...

interesante despliegue para la batalla, me hace recordar a las antiguas batallas, donde valía más la estrategia que el que tuviera más armas
seguiré leyendo a ver que ocurre en la batalla :)
saludos!